La Comunidad del Emmanuel presente en Bucaramanga, Colombia, llevó a cabo del 3 al 6 de noviembre de 2017 su tercer retiro de parejas y matrimonios, siguiendo la metodología del programa “Amor y Verdad”.
En esta ocasión, 13 parejas entre las cuales algunas se encontraban casadas y otras convivían en unión libre, se congregaron durante tres días en una casa de retiros con el fin de vivir la experiencia del encuentro con Jesucristo al tiempo que se reflexionaba sobre las gracias del sacramento del matrimonio, y las claves para vivir una vida en pareja y familiar armónica, basada en el amor de Dios, y en el conocimiento de las principales cuestiones de la vida matrimonial y familiar.
Así, con el apoyo del nuestro hermano sacerdote Jorge Gómez, quien vino del Perú a Colombia expresamente para este retiro, las parejas se fueron introduciendo en una dinámica que combinó charlas, talleres, momentos de reflexión, compartir, testimonios, oración, adoración, alabanza y la vivencia del sacramento eucarístico y de la reconciliación.
Varias de las parejas que participaron en el retiro manifestaron estar pasando momentos de crisis y querían darse una oportunidad, buscando tener una experiencia de fe y de conocimiento sobre su realidad, que les permitiera superar sus debilidades y fortalecer su amor. Algunas más iniciaban su vida matrimonial y querían fortalecer sus fundamentos. Los testimonios expresados mostraron que Dios tocó sus corazones, que vieron su realidad familiar con otros ojos; que estaban dispuestas a continuar en su vida de pareja, esta vez fundamentándola en el amor de Dios. Al finalizar, se les propuso un camino de formación y oración para continuar viviendo las gracias recibidas en este retiro.
Este encuentro no hubiese sido posible sin la entrega generosa de los hermanos de la comunidad del Emmanuel de Bogotá y Bucaramanga, quienes pusieron todo de sí para asistir y apoyar las diversas actividades y requerimientos de un evento de este tipo. Así, además de las parejas, este retiro contribuyó a alimentar la vida comunitaria de los hermanos, a través del servicio que pudieron ofrecer.
Damos gloria a Dios, porque somos testigos de que Él ha tomado nuestros “panes” y “peces” y realiza una multiplicación formidable, cuyos frutos se verán en la Eternidad.
(Redacción, Colombia)