El sábado 7 de abril a las 11 a.m. (hora de Roma), la Comunidad del Emmanuel fue recibida en audiencia, en el Vaticano, por el Papa Francisco. Síntesis de este encuentro intenso y alegre en el cual participaron unos 500 miembros de la Comunidad.
La Audiencia tuvo lugar al finalizar el encuentro sacerdotal anual de sacerdotes de la Comunidad, primer encuentro tras la creación de la Asociación Clerical de la Comunidad del Emmanuel, el pasado 15 de agosto de 2017. Estuvieron presentes en la audiencia unos 500 miembros de la Comunidad del Emmanuel, entre los cuales estaban tres obispos, una centena de sacerdotes, diez diáconos, 30 consagrados en el celibato (hombres y mujeres) y más de 300 miembros laicos, solteros y familias, y unos 50 niños. Una bella asamblea representativa de la comunión de estados de vida vivida en la Comunidad del Emmanuel. Todos los continentes estaban representados con miembros del Emmanuel venidos de países como Indonesia, Australia, Canadá, Estados Unidos, Brasil, Perú, Ruanda, Camerún, Benín, Alemania, Italia, Polonia, Ucrania, Eslovenia, Eslovaquia, Bélgica, Holanda, España y Francia.
Tras los mensajes expresados por Laurent Landete, moderador de la Comunidad del Emmanuel, y del padre Henri-Marie Mottin, el Papa leyó, a su vez, un texto que se copia a continuación. Al final de este mensaje, el Papa saludó personalmente a cada uno de las 500 personas presentes. Esto impactó mucho en los participantes de la audiencia.
Pueden encontrar todas las fotos oficiales de la audiencia en photovat.com (disponibles a partir del 9 de abril)
Mensaje del Papa Francisco
Queridos amigos:Estoy muy feliz de recibirlos con ocasión de vuestro encuentro anual que se llevó a cabo este año en Roma. Este peregrinaje es el signo de la plena participación de la Comunidad del Emmanuel en la Comunión de toda la Iglesia Católica. Es también la ocasión para agradecerles su fidelidad y unidad al Sucesor de Pedro, de decirles el aprecio que tengo sobre su compromiso misionero, actualmente presente en todos los continentes, y de animarlos a ser perseverantes en el futuro. Este futuro marcado desde ahora por el reciente reconocimiento de la asociación clerical de la Comunidad del Emmanuel, el 15 de agosto último, estructura vista como oportuna en razón de las numerosas vocaciones sacerdotales que el carisma del Emmanuel suscita y para una mayor fecundidad en la evangelización.
Lejos de aislar a los sacerdotes de los demás miembros de la Comunidad, laicos o consagrados, hago votos para que, al contrario, este reconocimiento vitalice esta bella comunión de los estados de vida que ustedes experimentan desde hace más de 40 años, en la complementariedad de las diversas vocaciones. Invito también a sus comunidades a mantener un vínculo cada vez más estrecho con esta realidad tan rica de la parroquia en los lugares donde estas habitan, y que se integren con gusto en la pastoral orgánica de la Iglesia particular (ver Evangelii Gaudium, No. 29)
El carisma de la Comunidad del Emmanuel está inscrito en su nombre: Emmanuel “Dios con nosotros”. Es esencialmente en la contemplación del misterio de la encarnación, en particular de la adoración eucarística, que ustedes animan su dinamismo misionero para anunciar la buena nueva a todos aquellos a quienes Jesús ofrece su amistad. Los animo a hacer descubrir a los hombres de nuestro tiempo –donde quiera que el Espíritu los envíe- la misericordia de Dios que nos ha amado al punto de habitar entre nosotros. Esta misericordia del Señor siempre presente en su pueblo, pide ser propositivos con un entusiasmo nuevo y través de una pastoral renovada, de manera que ella penetre el corazón de las personas y les incite a encontrar el camino de regreso al Padre (Cf. Misericordiae Vultus, No. 15).
Que allá donde su comunidad esté presente, la misericordia del Padre se manifieste, en particular hacia los más pobres –de corazón y de cuerpo- curando sus heridas por el consuelo del Evangelio, por la solidaridad y la atención. (ibid).
Queridos amigos : la Comunidad del Emmanuel ha manifestado, desde sus orígenes, un real dinamismo para anunciar la Buena Nueva de manera viva y alegre. Los exhorto a vivir unidos a Cristo a través de una sólida vida interior y confianza en el Espíritu Santo que viene a ayudarnos en nuestra debilidad, y que nos sana de todo aquello que debilita nuestro compromiso misionero; a guardar en el corazón el ardiente deseo de transmitir la alegría del Evangelio a quienes lo ignoran o están alejados; a ser plenamente actores de esta, que yo llamo, “Iglesia en salida”.
“La Iglesia cuenta con ustedes, con su fidelidad a la Palabra, con su disponibilidad al servicio y con el testimonio de vidas transformadas por el Espíritu Santo”. (Vigilia de Pentecostés, 3 de junio de 2017). Junto con ustedes doy gracias a Dios por el camino que han recorrido bajo el impulso del Espíritu Santo que desea que siempre estemos en camino y los invito a permanecer siempre atentos y en escucha, porque no hay más grande libertad que dejarse guiar por el Espíritu y permitirle iluminarnos y conducirnos allá donde Él quiera.
Los confío a todos a la intercesión de la Virgen María, pidiéndole guiar vuestros pasos y sostener vuestros esfuerzos.
Y les doy la Bendición.
Y, for favor, no olviden orar por mí.
Mensajes de la Comunidad del Emmanuel a su Santidad el Papa Francisco
A través de Laurent Landete, Moderador general de la Comunidad del Emmanuel
y del Pbro. Henri Marie Mottin, responsable de ministros ordenados y seminaristas.
Laurent Landete:
Muy Santo Padre,
Estamos profundamente regocijados por haber aceptado concedernos esta audiencia. Nuestro grupo está constituido por obispos, sacerdotes y laicos de la Comunidad del Emmanuel, que han venido de Europa, África, América, Asia y Australia.
La Comunidad del Emmanuel es una asociación de fieles que reúne a todos los estados de vida para adorar, vivir la caridad y evangelizar juntos. Fue fundada en 1972, en París, por Pierre Goursat, soltero, laico, adorador y evangelizador. Hombre de compasión, él mismo estaba enfermo y vivía pobremente. A los 58 años tuvo la experiencia de la Efusión del Espíritu Santo y percibió la urgencia de formar una nueva generación de laicos y de sacerdotes, testigos entre ellos una auténtica comunión por la misión. Comprendió que el clericalismo, como las ambiciones de poder de parte de los laicos, constituye un freno para la evangelización de nuestras sociedades modernas. Tenía el hábito de decir que “el único camino a Dios es la humildad”. Supo guiar la Comunidad hacia Paray-le-Monial, ciudad del Corazón de Jesús. Es ahí donde se impulsó su creatividad misionera que ha permitido a la Comunidad suscitar numerosas obras originales: en el ámbito de la Cooperación, con población desfavorecida; también con parejas y jóvenes; en los medios de comunicación y en el cine; en los mundos universitario y del trabajo, a fin de irradiar allí la enseñanza social de la Iglesia. Pierre Goursat regresó a la casa del Padre el 25 de marzo de 1991 y su proceso de canonización está abierto.
Henri-Marie Mottin:
Santo Padre:
Comprometido él mismo en un celibato por el Reino de Dios, Pierre Goursat percibió que el llamado de dios para él se encontraba en el camino más humilde posible, viviendo en el mundo. Por ello, supo acompañar, con discernimiento, las primeras vocaciones sacerdotales que nacieron, desde el inicio de la Comunidad. Muchos están aquí, entre nosotros.
Quisiera, como responsable de ministros ordenados y seminaristas del Emmanuel, evocar brevemente la visión de Pierre Goursat sobre el sacerdocio: En un primer lugar, la perseverancia en el deseo de santidad. Luego, percibió el peligro del individualismo en la vida sacerdotal. Finalmente tuvo una alta estima por la gratuidad en el don de sí mismo a Dios y a los hermanos. Igualmente acogió el caminar de algunos miembros del Emmanuel hacia el diaconado permanente: vio en ello la ejemplaridad del servicio. ¡Le gustaba decir que “se entra en el Emmanuel por la puerta de servicio”!. Santo Padre, ¡que alegría es para nosotros, sacerdotes del Emmanuel, vivir una fraternidad misionera entre familias, solteros, célibes por el Reino, y jóvenes!.
El 15 de agosto de 2017 la Congregación para el Clero erigió una Asociación clerical canónicamente ligada a esta Asociación de Fieles que es la Comunidad del Emmanuel. Esta nueva asociación clerical reúne en su seno a sacerdotes, diáconos y seminaristas del Emmanuel. Este reconocimiento canónico es para nosotros la expresión de la confianza que la Iglesia nos otorga, confirmando este modo de vida que deseó nuestro fundador.
Laurent Landete:
La fecha fijada para esta audiencia es providencial. En efecto, hoy, 7 de abril, se celebra el 24 aniversario del asesinato de Cyprien y Daphrose Rugamba, con seis de sus hijos, durante el genocido de Ruanda. Esa pareja, amiga de los pobres, fundadora del Emmanuel en ese país, siempre rehusó colaborar en el escándalo de las divisiones étnicas. Hasta la ofrenda de sus vidas, ellos fueron testigos de la inculturación de la misericordia en esa tierra africana. Iniciaron un modelo creíble para la reconciliación de ese pueblo más allá de sus fronteras. Sus procesos de canonización están en curso.
En esta vigilia de la fiesta de la Misericordia, hemos venido a renovar el don de nosotros mismos a Cristo, al igual que nuestra fidelidad a la Iglesia y a vuestra persona. Queremos “dejarnos instruir” por sus palabras, para recibir el don de un lenguaje que los pobres comprendan y “que reconforte a aquellos que no pueden más” (Is. 50, 4). Queremos decir simplemente gracias por sus llamados insistentes a salir hacia las periferias y a acompañar la humanidad sufriente. Gracias por sus llamados a animar a las familias. Gracias por su encíclica Laudato Si, que ilumina nuestra alabanza y fortalece nuestros modos de vida.
Confiamos a sus oraciones nuestro trabajo de comunión con nuestros hermanos ortodoxos y evangélicos que pronto va a crecer a través de nuestra contribución al Movimiento Juan 17, que usted conoce.
En tanto que obispo de Roma, le transmitimos nuestra alegría de servir en el Santuario de Trinidad de Monts, que nos fue confiado. Le pedimos su bendición apostólica y suplicamos al Señor de darnos un nuevo espíritu de audacia para la misión a la escucha de las diversas culturas de este mundo.
Santo Padre, os confiamos humildemente a la protección maternal de la Virgen María.
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