Bernard es hermano consagrado en el seno de la Comunidad.

Busqué durante mucho tiempo el sentido de mi vida desde cuando el Señor me permitió encontrar la Comunidad del Emmanuel, donde encontré una Iglesia viva con cristianos que vivían su fe de manera alegre  en el respeto a la Tradición de la Iglesia.

En el momento de  mi conversión, me parecía que la única vía posible para mí era el sacerdocio. Hice un retiro para discernir este llamado, pero no tuve en cuenta lo “inesperado” de Dios.  El comienzo de mi caminar me ayudó a comprender que el llamado del Señor para mí se encontraba en el corazón del mundo: yo no pesaba poder dar todo a Dios si tenía que dirigirme al trabajo cada día. Hasta el momento donde el Señor me mostró que el medio profesional podía ser un lugar de santificación.

Estar en el Corazón del mundo me permite encontrar a personas que no conocían a Dios pero que tenían una gran sed de amor. Trabajar, pero también escuchar, estar atento a los sufrimientos de las personas que nos rodean es el corazón de nuestra vocación.

Hermano consagrado, hijo del Padre, hermano de Cristo y amigo de los hombres. A ejemplo de San José y de Pierre Goursat, el hermano está llamado a convertirse en un hombre de adoración, porque es allá donde el Señor nos da el deseo de tener un corazón ardiente de amor para el mundo.

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