Por: Dimelza Silva
La Comunidad del Emmanuel en América Latina se complace en presentar su primer CD musical “Que mi boca cante tu alabanza”, que compila 14 canciones de la Comunidad, cantadas al mejor estilo latino.
Desde el inicio del proyecto queríamos que fuese un CD que expresara con nuestros ritmos latinoamericanos el latir de una Comunidad Alegre, unida, expresiva, y arrolladora, pero sobre todo, en comunión con el deseo del Señor que se ha manifestado en quienes han escrito las letras y el sentido de los cantos.
El origen
Todo comenzó en el Foro de Jóvenes de la Comunidad del Emmanuel – Colombia, en agosto de 2016, cuando, en una charla de sobremesa, reflexionábamos que para vivir la Comunidad del Emmanuel dentro de nuestra propia cultura, la alabanza debía ser identificada con nuestros propios ritmos y estilo, manteniendo a la vez la unidad y la comunión universal.
Y pronto nos dimos a la tarea de crear un listado de canciones populares -un top 15- que se creó con el voto de todos los hermanos. Tras poner el proyecto en oración, elegimos 12 canciones de ese listado e incorporamos otras dos -nuevas en español- para renovar nuestra propia alabanza.
Más tarde, con el apoyo de quienes han vivido las formaciones de Liturgia con nuestros hermanos europeos de las Escuelas de Misión en Alemania y Roma, emprendimos el ensayo de los cantos elegidos y desde cada país, fueron enviados los primeros audios que fueron corregidos en el amor fraterno, para dar lo mejor de nuestro talento. Mientras tanto, el Estudio musical, en oración, escucha y análisis de las letras de los cantos, creaba las pistas con una identidad particular. ¡Fue un emocionante!
Luego de varias correcciones, ensayos, reuniones y conversaciones con Éditions L’Emmanuel , en Francia, logramos llegar al concepto que queríamos transmitir: que quien tuviera este CD lograra ver el rostro de Jesús y la compañía de María en sus hermanos de Latinoamérica; que con su ritmo y sabor llenaran de colores los corazones de quienes alaban al Señor en su oración personal y comunitaria. Finalmente, que transmitiera el ser de una comunidad unida a lo largo y ancho del continente.
El sueño se concreta
El punto culmen se dio en Bogotá, Colombia, en mayo de 2017. Allí se reunieron 5 hermanos que con su voz, representaron la unidad de la Comunidad del Emmanuel en Latinoamérica… presentes estuvieron los países de Brasil, Perú, Nicaragua, Chile y Colombia, llevando siempre en el corazón a nuestros hermanos de Cuba, Costa Rica, Haití, México y los Estados Unidos. Estamos seguros que sus oraciones nos cubrieron en el estudio de Santa Maria Records, lugar donde se realizaron las grabaciones y donde pusimos la creatividad del Espíritu Santo al servicio de la música.
La tarea no acabó allí. Al finalizar la grabaciones de las voces sobre las pistas preestablecidas, se continuó con la participación de músicos católicos de Bogotá, quienes ofrecieron su talento, creatividad, su fe en Cristo y el deseo de construir una sola Iglesia.
La generosidad de los “patrocinadores”, que con su ofrenda mensual aportaron para que esta iniciativa se concretara, desde el anonimato y la perseverancia, demostraron que la vida fraterna es más que deseos en el aire, son gestos concretos de amor, que solo pretenden edificar a sus hermanos de aquí, de allá, de la Comunidad, de la Iglesia…
Muy detalladamente, la portada, contraportada, el librillo, el lomo… ideas de Brasil, Nicaragua, Chile y Colombia, dieron forma a las gráficas y los videos promocionales. Sorprendentemente los conceptos de unidad, hermandad, continente, instrumento, alabanza, cercanía, la certeza de que Él está vivo… todos se conjugaron en el estuche que hoy varios ya tienen en sus hogares…
¿Y ahora…?
Las oraciones llevaron nuestros sueños a concretarse, nos dieron fuerza cuando creímos que todo era en vano, que los esfuerzos eran lentos y demorados, que el orden de las prioridades era fatal… La paciencia también fue fortalecida… ¡Gracias a todos! Y con amor, esperamos que este medio para acercarnos a la alabanza, nos ayude no sólo a facilitar ese encuentro con Jesús, sino a hacer posible cada vez más y con mayor fuerza las iniciativas de Misión. Este aporte que hoy ustedes haces al llevar tu CD a casa, se traduce en parejas que quieren fortalecer su matrimonio, en jóvenes que no se cansan de caminar al encuentro con Jesús, en misioneros que se lanzan a dar sus manos al Señor, en seminaristas que desean llevar la buena nueva a todos los continentes, en el deseo de unirse al Papa en la JMJ de Panamá… En fin eres tú, esa pequeña semilla de mostaza… Que silenciosamente crece, se fortalece y embellece el gran jardín de nuestra Fe.
Gracias a todos por ser uno en el Emmanuel.
Bendiciones, y ¡llevemos a Jesús o a todos los rincones de la Tierra!
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Dimelza Silva
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Bogotá, Colombia